Star Wars 167 - El Legado de la Fuerza 03 - Tempestad by Troy Denning

Author:Troy Denning
Language: es
Format: mobi
Tags: Ciencia Ficción
Publisher: Del Rey
Published: 2012-02-27T14:57:41+00:00

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—Me estaba preparando para hablarle de Alema

—dijo—. Mató a la criatura antes de que tuviera oportunidad de comérsela.

—¿Encontraste su cadáver? —preguntó Leia.

Fel negó con la cabeza.

—Los cuerpos se descomponen con rapidez en la jungla.

Metió la mano dentro de su chaqueta, causando que Nashtah alargara de nuevo su mano hacia su cartuchera en el muslo.

—¡Uoha, para! —dijo Han, arreglándoselas para coger el brazo de la asesina antes de que ella pudiera sacar la pistola láser.

Nashtah le miró con los ojos entornados por la incredulidad.

—¿Cómo hiciste eso?

—Un viejo truco de contrabandista —dijo casualmente Han. Algo iba definitivamente mal con sus bebidas. Había visto lo rápida que era Nashtah y nunca debía haber sido capaz de detenerla, ni siquiera en su mejor día treinta años antes—. Jag no va a hacerle daño a nadie aquí. Simplemente quiere enseñarnos algo.

Nashtah miró con los ojos entornados a través de la mesa, pero apartó su mano de la cartuchera.

—No intentes nada estúpido.

—No tiene nada que temer de mí, se lo aseguro —dijo Fel. Una vez que estuvo claro que ella no intentaría dispararle, él sacó un cordel de bandas de cuero trenzadas del interior de su chaqueta. Lo sostuvo delante de Leia—. Sabe qué es esto, asumo.

Leia asintió.

—Un cordel de recuerdos twi’leko. Uno largo.

—Correcto. Lo encontré en Tenupe, poco después de que descubriera los cuerpos del grupo co-mercial de búsqueda que mencioné. —Lo dejó en la mesa—. Pero su nave había desaparecido y seguí el 225

rastro de una mujer coja hasta una cueva donde ella había estado viviendo.

—¿Y allí es donde encontraste esto? —preguntó Leia.

Fel asintió.

—Mi familia hizo que lo investigaran. La primera parte parece recordar cómo se salvó al cortar la garganta de la arañaperezoso desde dentro. Esta mordió justo como usted lo describió, pero la criatura ya se estaba muriendo y no hizo tanto daño como le hizo usted creer al Aristocra Formbi.

—Su sable láser estaba activado cuando la criatura la cogió —dijo Leia—. Simplemente no pensé que ella mataría a la cosa lo suficientemente rápido como para sobrevivir.

—Casi no lo hizo —dijo Fel. Apuntó al siguiente grupo de nudos—. Estos describen sus heridas y recuperación. Su brazo y seis costillas se fracturaron y tuvo varias heridas profundas en su abdomen y su espalda. Afortunadamente para ella, y desafortuna-damente para nosotros, cuando los killiks evacuaron después de la batalla, dejaron miles de rezagados de-trás. Ella fue capaz de llamar a un pequeño grupo para que la cuidaran.

—Espera un minuto —dijo Han. Estaba haciendo todo lo que podía para mantener un ojo discreto en el resto de la cantina y hasta ahora el equipo de la Seguridad Hapana pareció dispuesto a esperar a que terminaran sus bebidas y se desmayaran—. ¿Estas diciendo que los killiks todavía están allí?

—Lo dudo —dijo Fel—. Eran descastados, justo igual que yo. Tuve, uh, encuentros regulares con ellos durante el primer año. Pero siempre eran de nidos diferentes y durante el segundo año estaban empezando a desaparecer. Creo que vivieron sus vidas y murieron.

—Eso tiene sentido. Los killiks tienen una espe-226

ranza de vida corta —dijo Leia—.

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